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Tema 2º: EL RELIEVE DE ESPAÑA


En este tema estudiaremos los aspectos más significativos del relieve español, tanto peninsular como insular, centrándonos principalmente en sus unidades morfoestructurales, el proceso evolutivo del relieve, el modelado por la erosión y el tipo de roquedo.

España es un estado europeo de tamaño medio (505956 km2), situado en la zona templada del Hemisferio Norte. Su territorio consta mayormente de una zona peninsular (97%), de dos archipiélagos, dos ciudades en la costa norteafricana y una serie de pequeños islotes costeros.
  • Área peninsular: 493 484 km2 de superficie. Su gran importancia geoestratégica y natural se debe a si situación en la encrucijada entre Europa y África, así como entre las masas marítimas atlántica y mediterránea. Sus coordenadas son:
o   Latitud: 43º 47’ 36’’ N (en Punta Estaca de Bares) a 36º 0’ 18’’ (en Punta de Tarifa).
o   Longitud: 9º 17’ 46’’ O (en Touriñán) a 3º 19’ 5’’ E (en el Cabo de Creus )

  •           Área insular: consta de dos archipiélagos.
o   Baleares (Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera y Cabrera) en el mar Mediterráneo, con una extensión de 4992 Km2. Su situación latitudinal va de los 40º 5’ 44’’N a los 38º 38’ 32’’N, mientras que longitudinalmente sus coordenadas son 1º 12’ 5’’E / 4º 19’ 29’’E.
o   Canarias (La Palma, El Hierro, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote) en el Atlántico, con un área total de 7447 Km2, entre las coordenadas 29º 25’N / 27º 37’N y 18º 10’O / 13º 20’O.

  •           Ciudades norteafricanas en torno al paralelo 35º N.
o   Ceuta: con una extensión de 19´6 Km2.
o   Melilla: con superficie de 12’3 Km2.


La configuración del relieve peninsular es resultante de un proceso evolutivo de millones de años, en el que intervinieron dos factores:
  • La orogénesis: es la deformación del relieve derivada de las presiones tectónicas sobre los materiales de la litosfera. Puede producirse mediante dos procesos: compresión (provocando plegamientos y fracturas) y distensión (causando cuencas y fallas); además de los efectos derivados de la actividad sísmica y del vulcanismo, que suelen manifestarse en los límites de placas tectónicas. 
        La Península Ibérica fue afectada por dos orogenias: la herciniana en la era Primaria (entre 600 -         225 millones de años) y la alpina en la Terciaria (de 65 a 1'7 millones).
  • El modelado del relieve: causado por la acción de los distintos agentes erosivos (viento, precipitaciones, temperaturas…) y la posterior sedimentación de los materiales arrasados. La erosión puede ser de dos tipos: mecánica (fragmentación y ablación) o química (disolución y corrosión).

A pesar de la diversidad del relieve español peninsular, existen una serie de características generales:
  • Forma maciza predominante: un gran bloque de 1094 km de anchura y enmarcado mayormente por costas rectilíneas que limitan la influencia marítima hacia el interior.
  • Elevada altitud media: con 660 m. de media, a pesar del predominio de las formas llanas (Meseta).
  • Relieve montañoso más abrupto distribuido en la periferia de la Meseta.

Las unidades morfoestructurales que encontramos en la Península ibérica son: zócalos, 
macizos antiguos, cordilleras de plegamiento y cuencas sedimentarias.





En base a los distintos tipos de materiales (roquedo) que conforman nuestro relieve podemos 
clasificar la península en áreas de predominio litológico: silíceo, calizo y arcilloso. 
Los materiales silíceos (granitos, cuarcitas, pizarras) se encuentran en las áreas más antiguas, levantadas 
durante la era Primaria o Paleozoica. Los calizos están en las áreas que fueron anegadas por las 
transgresiones marinas durante la era Secundaria o Mesozoica. Y finalmente, los materiales 
arcillosos (arcillas, margas y yesos), depositados sobre las cuencas y depresiones colmatadas de 
sedimentos desde la era Terciaria. 



  •     España Silícea:
Hace referencia a las regiones con predominio de roquedo antiguo (de las eras Precámbrica y Paleozoica), 
levantado durante la orogenia herciciana. Los materiales más comunes son rocas ígneas (granito) y rocas 
metamórficas (pizarra, gneis y cuarcita).

Se encuentran principalmente en los relieves del Oeste peninsular: Macizo Galaico, Montes de León, 
sector occidental de la Cordillera Cantábrica, Sistema Central, Montes de Toledo, Sierra Morena y 
penillanuras meseteñas; así como en ciertos afloramientos del sector oriental: Pirineo Axial, Sierra Nevada 
en la Cord. Penibética,  zonas reducida del Sistema Ibérico (Sª de La Demanda) y la mitad 
septentrional de la Cordillera Costero-catalana.



Son materiales muy duros y resistentes, por lo que se ven más afectados por la erosión 
mecánica. Así, la fracturación del roquedo se produce en forma de diaclasas por la acción del agua y por 
la gelifracción a causa de las bajas temperaturas.  Posteriormente, esos materiales disgregados se 
depositan a causa de la acción eólica, la arroyada y la propia inclinación de los relieves.

Las formas más comunes de un paisaje granítico varían según la altitud:
-          Alta montaña: Donde actúa con más intensidad la crioclastia o gelifracción por los bruscos cambios térmicos. La disgregación del roquedo da lugar a crestas agudas y escarpadas o galayos, y acumulaciones de rocas al pie de las montañas llamadas canchales.
-          Zonas menos elevadas: Se forman diaclasas horizontales paralelas a superficie del terreno, así como posibles descamaciones  o lanchares , y pendientes suaves y redondeadas  llamados domos. Si las diaclasas son perpendiculares  se forman bolas graníticas, que pueden quedar acumuladas (berrocales) o dispersas por las laderas y pies de las montañas (caos granítico).
-          Relieves residuales: Son formaciones rocosas de aspecto singular, formadas por su mayor resistencia a la erosión respecto a los materiales circundantes. Se distinguen sobre todo los tors y las rocas caballeras.

Además, los materiales silíceos pueden sufrir alteraciones químicas si se encuentran a gran profundidad, 
pudiendo transformarse en arenas pardoamarillentas.
Evolución del modelado granítico

Crestas y canchal

Berrocal

Caos granítico

Domo

Piedra caballera

Tor


  •        España caliza:

Se refiere a las zonas donde predomina el roquedo calizo, formado por los sedimentos marinos
depositados durante la era Secundaria y luego plegados durante la orogenia alpina.  Se distribuye por los 
relieves orientales de la Península: el Este de la Cordillera Cantábrica, los Prepirineos y Montes Vascos, 
sector meridional de la Cordillera Costero-Catalana, el Sistema Ibérico y la Cordillera Subbética.

Estos materiales mesozoicos son duros y por tanto, fracturables en diaclasas, pero debido a su base
caliza son también alterables químicamente, al disolverse el carbonato cálcico al contacto con agua.

Las distintas formas que puede presentar un paisaje calizo o cárstico son:
           -        Lapiaces: Surcos abiertos en la superficie por las aguas de escorrentía. En función de la 
              orografía pueden ser de vertiente o sobre superficies planas (lineales = más estrechos y profundos;
               en mesa = más anchos y allanados).
-        Gargantas o cañones: Son valles estrechos y profundos enmarcados por vertientes abruptas, excavados por la erosión fluvial. Los ríos aún discurren por el fondo.
-        Poljes: Depresiones o valles cerrados de fondo horizontal, recorridos por corrientes de agua que desaparecen por un sumidero o ponor para continuar circulando bajo la superficie. Cuando esas aguas subterráneas vuelven a aparecer lo hacen a través de surgencias o manantiales.
-        Dolinas: Son cavidades originadas por el estancamiento de agua en superficie. Tienen formas diversas y si se unen dan lugar a úvalas.
-        Cuevas: Causadas por la infiltración del agua en las fisuras del terreno. En ellas suelen formarse estalactitas y estalagmitas al depositarse las partículas de carbonato cálcico disueltas en el agua. 
-        Simas: Aberturas estrechas que comunican la superficie con galerías subterráneas. 
Cañón o garganta

Cueva con estalactitas y estalagmitas

Dolina
Úvalas
Lapiaz en pendiente


Polje

Ponor o sumidero

Sima y galería subterránea



  •           España arcillosa:
En esta categoría se incluyen todas las áreas cubiertas con materiales sedimentarios
depositados a causa de la erosión desde finales del Terciario y durante el Cuaternario. Básicamente 
son las cuencas fluviales del interior de la Meseta (Duero, Tajo y Guadiana), las depresiones  
fluviales externas a la Meseta (del Ebro y del Guadalquivir), así como en las llanuras costeras.


Este roquedo está compuesto por materiales más jóvenes, flexibles y blandos. Principalmente
son  arcillas, margas y yesos. Forman relieves horizontales, no afectados por las
orogenias y sí por intenso modelado.

Podemos distinguir entre dos tipos de paisajes arcillosos:
-          Campiñas y valles fluviales,  desgastados con rapidez y suelen configurarse como relieves horizonteles de escasa altitud o como terrazas y relieves suavizados.

-          En áreas secas, donde las lluvias son escasas y torrenciales se generan estrechas y profundas hendiduras en las vertientes llamadas cárcavas. Este tipo de disgregación produce también un paisaje de formas abruptas con pendientes cortas pero escarpadas, llamadas badlands.
Badlands margosas
Badlands arcillosas


Cárcavas bicolores (margas y arcillas)

Cárcavas


§  Relieve por erosión diferencial:

En las áreas donde se encuentran distintos tipos de roquedo en un mismo relieve, el modelado por
la erosión actúa de manera distinta según la resistencia de los materiales. En ese caso, la erosión
diferencia da lugar a distintas formas de relieve:

ü  Relieve horizontal o tabular:
En estratos horizontales se alternan materiales duros y blandos. La erosión fluvial actúa
aislando en forma de mesas o páramos de cima horizontal los estratos duros, y de flancos
suaves los blandos. Éstos se erosionan más rápidamente y reducen las mesas a cerros
testigos o a relieves residuales (antecerros).
Este relieve es muy visible en las cuencas sedimentarias de ambas mesetas.
Páramo

Cerros testigo y antecerro

 ü  Relieve en cuesta o monoclinal:

En estratos suavemente inclinados, con materiales duros y blandos alternados, se forman cuestas.
En los dorsos o reversos permanecen los estratos duros e inclinados, mientras que los frentes, de
gran pendiente, presentan una parte superior dura y una capa blanda en el parte inferior, sobre la
cual actúa la erosión con más rapidez. En ese caso las cuestas erosionadas dan lugar también a  
cerros testigo y antecerros
Relieve en cuesta

Relieve en cuesta
 ü Relieve con los estratos plegados:
Son formas de relieve en las cuales el modelado actúa de manera diferencial sobre unos 
estratos ya plegados por la orogenia. Se dan sobre macizos antiguos rejuvenecidos 
(hercinianos),  dejando al descubierto crestas paralelas separadas por depresiones,  es el 
llamado relieve apalachense.  
Cuando se produce sobre cordilleras jóvenes (alpinas), los 
pliegues que presentan formas convexas (anticlinalesy cóncavas (sinclinales) son 
erosionados creándose valles perpendiculares (cluses) o paralelos (combesa los pliegues.  
Es el denominado relieve jurásico. 
Relieve apalachense

Relieve jurásico



Grandes unidades de relieve peninsular:

Las distintas unidades de relieve existentes en la Península ibérica, suelen organizarse en torno a
la Meseta, por ser el elemento más antiguo y significativo de nuestra orografía.


A.      MESETA:
Es una gran llanura elevada de media entre 600 y 800 m, que se originó por el desgaste del
antiguo Macizo Hespérico y por la acción de la orogenia alpina. En ella podemos distinguir entre
los restos del zócalo paleozoico, las sierras centrales y las cuencas sedimentarias interiores.


  •      Antiguo zócalo: se presenta en forma de PENILLANURAS de materiales silíceos primarios (granito, pizarra y cuarcita), muy erosionadas (suaves pendientes), en ocasiones con relieves residuales (“montes isla”). Se encuentran en los bordes occidentales de la Meseta. Cuando entran en contacto con cuencas fluviales se crean profundas gargantas. 
  •      Sierras interiores: son bloques del zócalo levantados durante la orogenia alpina, de roquedo silíceo, con formas redondeadas y cumbres suavizadas por la erosión desde el Terciario.
SISTEMA CENTRAL: de mayor elevación, divide la Meseta transversalmente en dos submesetas (N y S). Lo componen las sierras de Gata, Peña de Francia, Gredos, Guadarrama y Somosierra. Sus cimas más altas son el Pico Almanzor (2592 m) y el Peña Lara (2430 m).
       MONTES de TOLEDO: de menor altitud, dividen la Submeseta sur en dos, separando las cuencas del Tajo y el Guadiana. 


  •      Cuencas sedimentarias interiores: formadas en la era Terciaria por el hundimiento de bloques del zócalo durante la orogenia alpina. En un principio fueron lagos que progresivamente se colmataron de materiales sedimentarios: arcillas, yesos y margas en estratos inferiores, y calizas en los superiores. Actualmente son las SUBMESETAS Norte y Sur. Sus formas de relieve características son: páramos, campiñas y cuestas.


B.      REBORDE MONTAÑOSO DE LA MESETA:
Son los conjuntos montañosos que delimitan a ambas submesetas por N, E y S, formadas por el 
levantamiento de bloques  del zócalo y plegamientos de materiales sedimentarios marinos (zona
oriental) durante la orogenia alpina.


  •     MACIZO GALAICO-LEONÉS: levantamiento del borde NO del zócalo, de materiales paleozoicos, muy erosionados à Montañas redondeadas y escasa altura, cortadas por multitud de fallas. Sierras de Cabrera, Segundera y Los Ancares.  Su cima más alta es el Cuiña (1987 m).
  •      CORDILLERA CANTÁBRICA: de gran extensión, más elevada y desnivel abrupto en su vertiente norte hacia el mar Cantábrico. Se distingue entre:
  •        Sector asturiano (O): materiales paleozoicos (pizarras, cuarcitas y calizas primarias) levantados durante la orogénesis alpina junto a conglomerados carboníferos. Cimas más altas en los Picos de Europa: Torre de Cerredo (2648 m), Peña Vieja (2619 m) y Naranco de Bulnes (2518 m). 
  •       Sector cantábrico (E): formados por el plegamiento de materiales secundarios depositados (calizas). Relieve menos abrupto por la mayor incidencia de la erosión.

  •       SISTEMA IBÉRICO: cordillera que flanquea la Meseta al E, formada al plegarse los materiales secundarios de origen marino (calizas), aunque en afloran materiales paleozoicos (silíceos, en La Demanda y Albarracín) y las fosas internas se rellenaron con arcillas. Su estructura se organiza:
       Al N encontramos las sierras más importantes y elevadas: Sª. de la Demanda, Picos de Urbión y Macizo del Moncayo, con picos por encima de los 2000 m. (Moncayo, San Lorenzo y Urbión).
       Al SE el sistema se bifurca en una rama interior (Sª de Albarracín y Serranía de Cuenca) y otra exterior (Sª de Javalambre y de Gúdar), separadas por la fosa tectónica de Calatayud, colmatada con materiales terciarios.

  •     SIERRA MORENA: es una estructura plegada y fallada (por el empuje de los plegamientos béticos con la orogenia alpina) en el borde meridional de la Meseta, separándola del Valle del Guadalquivir de manera escalonada. Predominan los materiales paleozoicos (cuarcitas y pizarras). A pesar de su escasa altitud, las sierras centrales (Pedroches, Madronas y Andújar) son las más elevadas. 
C.      DEPRESIONES EXTERIORES
Son las fosas alpinas formadas en la era Terciaria, tienen forma triangular y están rellenadas con 
espesas capas de sedimentos terciarios y cuaternarios arrastrados y depositados por las cuencas del 
Ebro y Guadalquivir.

       DEPRESIÓN del EBRO: paralela a los Pirineos en el lugar ocupado por el Macizo del Ebro, hundido y sumergido en la era Secundaria. Sus materiales son conglomerados (calizas duras transportadas desde los relieves montañosos por la erosión fluvial) en los flancos y en el centro se mezclan  sedimentarios (margas, yesos y arcillas) con calizas duras. En el somontano pirenaico la erosión crea mallos y hoyas, mientras que en el centro encontramos mesas y badlands.

       DEPRESIÓN del GUADALQUIVIR: sobre la fosa bética (eras primaria y secundaria), quedó cerrada como una albufera y luego se colmató de materiales sedimentarios (arcillas, calizas y margas marinas). Las formas de relieve son suaves, con campiñas y cerros testigo o alcores.


D.      CORDILLERAS EXTERIORES
Se encuentran en los límites de la Península, formadas durante la orogenia alpina al plegarse los 
sedimentos marinos (calizas) de la era Secundaria depositados en las fosas oceánicas y pirenaicas.

  •     PIRINEOS: frontera natural con el continente Europeo, con 400 km de longitud y 150 de anchura en su zona central. Distinguiremos entre:
    Pirineo axial: eje central, afloran materiales silíceos (Macizo de Aquitania rejuvenecido), con un relieve muy abrupto con las mayores altitudes de la cordillera: Aneto (3404 m) y el Monte Perdido (3355 m).
       Prepirineos: en torno al axial, materiales calizos plegados, con un relieve más suave y dos ramas de sierras paralelas al eje, separadas por una depresión margosa.

  •     MONTES VASCOS: son la prolongación occidental de los Prepirineos, con los que comparten características: roquedo calizo, formas suaves y altitud moderada.

  •     CORDILLERA COSTERO-CATALANA: separada de los Pirineos por fallas que han propiciado un afloramiento volcánico (Olot). La cordillera presenta roquedo silíceo en su zona norte y calizo hacia el sur. Se articula con dos alineaciones paralelas a la costa y separadas por una fosa tectónica rellenada de sedimentos terciarios y cuaternarios: la interior, de mayor altura (Montseny y Montserrat), y la exterior, de menor altura.

  •     CORDILLERAS BÉTICAS: de gran complejidad geológica, se articulan en dos sistemas montañosos separados por depresiones.
    Cordillera Penibética: bordeando la costa mediterránea, formada con el rejuvenecimiento del Macizo Bético-Rifeño (materiales silíceos) durante la orogenia alpina. Sierras abruptas y elevadas (Sª de Almijara, Sierra Nevada y Sª de los Filabres), con las cimas más elevadas de la Península: Mulhacén (3479 m) y Veleta (3398).
       Cordillera Subbética: en el interior, se forma por plegamiento de materiales secundarios (calizas y margas) depositados en la fosa bética, generando formas más suaves como mantos de corrimiento y cabalgamientos. Sus sierras son menos elevadas (Sª de Grazalema, Sª Mágina, Sª de Cazorla y de Segura).
  Depresión intrabética: entre sendas cordilleras. Se encuentra fragmentada en pequeñas depresiones, rellenadas con materiales terciarios, la aridez genera un paisaje de badlands muy característico.




2. EL RELIEVE COSTERO

En la Península Ibérica predominan las costas rectilíneas salvo en el Cantábrico 
occidental y en Galicia, donde se impone un litoral más abrupto y rocoso, 
destacando las rías gallegas. De tal forma que la influencia marítima se reduce a 
los márgenes costeros.

a)      Costas atlánticas:
-      Costa cantábrica: rectilínea aunque con presencia de acantilados calizos, sobre los que la erosión marina ha originado cuevas costeras, rasas litorales paralelas a la costa, islotes y farallones. También encontramos rías pequeñas y profundas, así como puntales y barreras arenosas en los estuarios.
Playa y acantilados de Langre (Cantabria)

Playa de las Catedrales (Lugo)
Rasas en el litoral vizcaino


-    Rías gallegas: se producen cuando el mar invade y anega los valles fluviales al bascular la península hacia el Atlántico durante la era Terciaria. Se dividen en torno al cabo de Finisterre, hacia el Norte las Rías Altas y hacia el Sur las Rías Bajas. Éstas son las de mayor tamaño,  algunas alcanzan hasta 35 km.
Rías Bajas


-   Costa atlántica andaluza: se extiende desde Ayamonte hasta Gibraltar. Es una costa baja a consecuencia de la depresión del Guadalquivir que ha rellenado el golfo de Cádiz con sedimentos.  A partir de una antigua albufera se han formado marismas, pero aún se conservan las flechas litorales y dunas en playas extensas, a menudo enmarcadas en bahías.
Flecha litoral (Huelva)

Marismas (Parque N. de Doñana)

Playa Bolonia (Cádiz)
b)  Costas mediterráneas:
-   Sector bético: En su costa se alternan amplias playas junto a zonas de acantilados por la proximidad del relieve. Entre su paisaje litoral encontraríamos campos de dunas, albuferas y terrazas marinas.
Acantilados de Maro

Costa del Sol

-     Golfo de Valencia: Es una costa baja y arenosa en la que predominan las playas extensas junto a deltas, albuferas y tómbolos, que unen las playas con farallones residuales de la erosión marítima.
Peñón de Ifach

Playa de la Malvarrosa (Valencia)

-       Litoral catalán: Caracterizado por la existencia de playas pequeñas junto a deltas fluviales y costas acantiladas.


Costa Brava



3. EL RELIEVE INSULAR

El relieve de ambos archipiélagos tiene características muy diferentes:

§   Baleares:
Geológicamente son un eslabón de las Cordilleras béticas (Ibiza y Mallorca) y
Costero-catalana (Menorca) que han emergido en el Mediterráneo.
Las formas más importantes del relieve están en Mallorca: la Sierra de Levante, la 
Depresión central y la Sierra de Tramontana. Son de origen calizo y algo abrupto, y 
su pico más elevado del archipiélago es el Puig Mayor (1455 m).



El relieve de Menorca es de menor altitud y presenta materiales paleozoicos en las
montañas del Norte y calizos en el Sur.
En Baleares, cerca de los relieves montañosos, las costas son acantiladas, aunque
predominan las playas largas y arenosas junto a numerosas calas.



§   Canarias:
Son un conjunto de islas de naturaleza volcánica, originadas en el Terciario al
fracturarse áreas del fondo Atlántico. Geológicamente no tienen ninguna relación con el
relieve peninsular.
En casi todas las islas del archipiélago encontramos formas de relieve volcánico: conos,
calderas, malpaíses, coladas de lava, roques, barrancos y glacis. La cima más elevada
es el Teide (3718m), un volcán de la isla de Tenerife, seguido del Roque de los
Muchachos (2426 m) en La Palma.



Las costas se han alterado repetidamente por las erupciones 
volcánicas, aunque predominan los acantilados abruptos y playas de 
arena volcánica sobre todo en las islas orientales. 






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